Una suave brisa salada atraviesa
las verdes ramas de esta tarde iluminada.
Como una canción de cuna atraviesa aromas
a través de estas tímidas nubes blancas,
asomándose risueñas entre el sol,
de esta tediosa luz del medio día.
El silencio tras una intensa mañana
que llega tranquila, sin pausa,
preñada de lejanos rumores de graznidos
solitarios, acompañados de esta luz que
honda cala en su sombra, que hoy es larga.
Azul fresco y húmedo que mira al infinito,
humedad paciente,
que es arrastrada con fuerza como al incansable río.
Una tarde que transforma la soledad del poeta,
en desabrida y áspera sobre un abismo
difuso de locura.
¿El sueño? ¿Otra vez el sueño?
La soledad llega torpe,
en la última tarde,
de mi profundo y extrañado universo.
las verdes ramas de esta tarde iluminada.
Como una canción de cuna atraviesa aromas
a través de estas tímidas nubes blancas,
asomándose risueñas entre el sol,
de esta tediosa luz del medio día.
El silencio tras una intensa mañana
que llega tranquila, sin pausa,
preñada de lejanos rumores de graznidos
solitarios, acompañados de esta luz que
honda cala en su sombra, que hoy es larga.
Azul fresco y húmedo que mira al infinito,
humedad paciente,
que es arrastrada con fuerza como al incansable río.
Una tarde que transforma la soledad del poeta,
en desabrida y áspera sobre un abismo
difuso de locura.
¿El sueño? ¿Otra vez el sueño?
La soledad llega torpe,
en la última tarde,
de mi profundo y extrañado universo.