tiñes mi cielo,
con líneas rectas
que son como
albos suspiros sutiles
de colores perfectos,
acariciados por el alma
apasionada del
impetuoso viento.
Dime,
hacia donde volarán
todos esos suspiros.
Como gobernarlos.
Dime tú , añil cielo
hacia donde soplará
el arrojado viento.
Donde podré hallarlos.
Dime,
porque se difuminan
en este mar azul
abisal de aire
que es etéreo.